Imagina llegar a casa tras un largo día, meter la llave en la cerradura y sentir que no gira. No abre. No entra. La sensación de impotencia puede ser frustrante, y lo peor es que no siempre sabes si se trata de un fallo simple o si es el aviso de que llega una avería más seria y costosa. Si te ha pasado que la cerradura no abre o quieres evitar que te ocurra, sigue leyendo. Al final de este artículo entenderás por qué tu cerradura no abre y qué puedes hacer al respecto.
Te recomendamos que leas este artículo antes de tener problemas, porque cuando te encuentres con alguno será mucho más complicado mantener la calma.
Cómo saber si tu cerradura está fallando
Una cerradura rara vez deja de funcionar de un día para otro. Lo normal es que vaya dando señales que, si prestas atención, pueden ayudarte a prevenir una avería mayor. Algunos de los síntomas habituales son que a la llave le cueste girar, que sientas una resistencia anormal, que la cerradura haga ruido al girar o que a veces cierre y a veces no.
Es importante distinguir entre un fallo puntual y una avería grave. Un fallo puntual puede deberse, por ejemplo, a suciedad acumulada o cambios de temperatura que afectan al metal. En cambio, una avería grave implica piezas rotas, desgaste del bombín o desalineación de la puerta, y se necesita una intervención profesional.
Cerradura que no abre o no gira
Pocas cosas generan tanto estrés como una cerradura que simplemente no responde. Si tu cerradura no abre por fuera o si la llave gira pero no pasa de la primera vuelta, es importante identificar la causa exacta.
Cerradura no abre por fuera
Cuando la cerradura no abre por fuera, lo primero es comprobar que estás utilizando la llave correcta. A veces, los bombines se obstruyen debido a la suciedad o a un desgaste interno. También puede deberse a un bombín roto o al mecanismo interno trabado. No intentes forzar la llave, ya que podrías partirla dentro. Lo mejor en estos casos es aplicar un poco de lubricante en seco y probar con suavidad. Si el problema continúa, es muy probable que necesites reemplazar el bombín.
Cerradura no gira segunda vuelta
Este problema es más común de lo que parece. Si la llave da solo una vuelta y luego se traba, puede deberse a una mala alineación entre la puerta y el marco, a un pestillo dañado o incluso a que el bombín esté roto en parte. Revisa si la puerta está bien encajada y observa si el cerrojo sobresale con normalidad. Si no, es probable que tengas que ajustar la bisagra o cambiar el bombín por uno nuevo.
Cerradura que no cierra bien
Pero no solo abrir la puerta puede ser un problema. Una cerradura que no cierra bien también supone un riesgo para la seguridad de tu hogar. Analicemos un par de situaciones en las que una cerradura no cumple con su función de cerrar la puerta.
Cerradura que no cierra del todo
Cuando la cerradura no llega a hacer el cierre completo, puede ser por un pestillo desgastado, suciedad en el resbalón o una desalineación con el marco. Prueba a cerrar la puerta sin echar la llave. Si tampoco engancha, puede que el problema esté en la posición de la hoja. Un ajuste en las bisagras o en la placa del marco podría resolverlo.
Cerradura que se abre sola
Una cerradura que se abre sola suele deberse a un muelle roto dentro del bombín o a un fallo en la leva del mecanismo. Es una situación peligrosa, ya que compromete tu seguridad sin que te des cuenta. En estos casos no hay soluciones caseras seguras. Lo mejor es cambiar el cilindro por uno nuevo, preferentemente de seguridad.
Cerradura atascada o que cuesta girar
Si notas que la llave gira con dificultad, o que la cerradura se atasca de vez en cuando, es momento de actuar antes de que se bloquee por completo.
La acumulación de polvo, suciedad, o restos de lubricantes viejos puede hacer que el mecanismo interno se endurezca. También es común que se oxide el interior si la puerta está expuesta a humedad. Otra causa es que alguna pieza se haya doblado por un uso excesivo o forzado.
Una solución rápida es aplicar lubricante en seco (nunca aceite o WD-40, que pueden atraer más suciedad). Si esto no resuelve el problema, desmontar el bombín y limpiar su interior con aire a presión puede ser efectivo. Para prevenir estos bloqueos, limpia la cerradura al menos una vez al año y evita forzar la llave.
No entra la llave en la cerradura
Cuando la llave no entra en la cerradura, es posible que el problema esté en la llave misma, doblada o desgastada, o en el bombín, obstruido o dañado.
Revisa primero la llave bajo una superficie plana. Si no está recta, intenta enderezarla con cuidado o prueba con una copia en buen estado. Si la llave está bien, introduce una linterna en el bombín para comprobar si hay objetos extraños o suciedad. Puedes usar un spray de aire comprimido para intentar desalojar los restos. Nunca fuerces la llave, ya que podría quedarse atascada.
En caso de cerradura atascada bombín no gira, la clave es actuar con delicadeza. Lubrica con un producto adecuado y prueba con otra copia de la llave. Si sigue sin girar, lo más seguro será que tengas que cambiar el cilindro.
Soluciones rápidas que puedes aplicar tú mismo
Si tu cerradura no abre o está atascada, hay algunas soluciones que puedes probar antes de llamar a un profesional.
Primero, verifica que la puerta esté bien alineada. A veces el problema no es la cerradura, sino la estructura que la rodea. Luego, intenta lubricar el bombín con grafito en polvo o sprays específicos para cerraduras. Evita el uso de aceites, ya que atraen polvo y empeoran la situación a medio plazo.
Otra opción es usar herramientas como ganchos o una ganzúa casera si la puerta está solo medio cerrada, pero esto requiere una cierta destreza. Si no tienes experiencia, lo mejor es no manipular la cerradura con objetos como destornilladores o cuchillos, ya que podrías dañar los mecanismos internos.
Si te preguntas cómo abrir una cerradura atascada, la respuesta depende del tipo de avería. Algunas se desbloquean aplicando frío o calor moderado, otras necesitan desmontaje. Pero si estás ante una cerradura de seguridad, lo más recomendable es no intentar forzarla y acudir a un cerrajero.
¿Cuánto cuesta reparar una cerradura?
El precio de reparar una cerradura varía según el tipo de problema. Por ejemplo, una limpieza o lubricar cerradura correctamente por un profesional puede costar entre 30 y 50 € si lo hace un profesional. Cambiar un bombín sencillo está entre 60 y 90 €, mientras que uno de alta seguridad puede superar los 120 €.
La mano de obra suele cobrarse por desplazamiento (entre 20 y 40 €) y por intervención (desde 30 € mínimos). Si la avería requiere desmontaje completo o es en fin de semana, el coste puede duplicarse. Por eso es importante actuar a tiempo y evitar que una pequeña dificultad acabe en una emergencia.
Cuándo llamar a un cerrajero profesional
Aunque algunas averías tienen una solución casera que pueda funcionar, hay momentos en los que es mejor dejar el trabajo en manos de expertos.
Casos urgentes
Si tu cerradura no abre por fuera y estás encerrado dentro o fuera de casa, no intentes forzar la puerta. Un cerrajero podrá abrir sin daños y cambiar el bombín si es necesario. Lo mismo si la llave se ha roto dentro, o si tras un intento de robo el mecanismo está dañado.
Cerraduras de alta seguridad o multipunto
Este tipo de cerraduras tiene mecanismos complejos que requieren conocimientos técnicos. Manipularlas sin experiencia puede llegar a inutilizarlas. Si la cerradura no gira segunda vuelta o no entra la llave, lo mejor es llamar a un profesional certificado que evalúe la situación y proponga la mejor solución sin comprometer la seguridad.
En resumen, si tu cerradura no abre, no cierra o se atasca, no lo ignores. A veces los problemas empiezan siendo pequeños y acaban dejándote fuera de casa. Saber identificar los síntomas, aplicar soluciones rápidas y saber cuándo pedir ayuda profesional es clave para mantener la seguridad de tu hogar. No esperes a que sea demasiado tarde.